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La sierra de la Culebra es un conjunto montañoso español ubicado en el noroeste de la provincia de Zamora y de la comunidad autónoma de Castilla y León.
Su configuración longitudinal hace que abarque parte de las comarcas zamoranas de Sanabria, Carballeda, Aliste y Tábara, limitando al oeste con la vecina Trás-os-Montes de Portugal. En total incluye un extenso territorio de aproximadamente 70 000 ha, de las que 61 305 ha han sido declaradas Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y 67 340 ha han sido declaradas Reserva Regional de Caza. Además, desde la promulgación de la «Ley 8/1991, de 10 de mayo, de Espacios Naturales de la Comunidad de Castilla y León», esta sierra es uno de los espacios naturales protegidos por la citada comunidad autónoma, estando aún pendiente de definir la que será su definitiva figura de protección.[2][3] En los últimos años se ha debatido la propuesta de que esta sierra sea declarada parque natural, medida a la que se han opuesto los vecinos de los municipios afectados por considerarla perjudicial para sus intereses económicos.[4]
En el ámbito internacional, esta sierra es conocida por albergar una de las joyas faunísticas y emblema de la lucha conservacionista, el lobo ibérico. El vasto espacio que ocupa permite viajar durante días por amplios espacios naturales sin presencia humana. Es uno de los mejores lugares para el avistamiento de la fauna salvaje en España, la contemplación de paisajes agrestes o la vivencia de manifestaciones etnográficas únicas o ya desparecidas en otros rincones del territorio nacional. Esta sierra es por tanto un lugar único en el que disfrutar del senderismo, del cicloturismo o simplemente del turismo. Cada época del año ofrece una perspectiva singular de su naturaleza, en especial el otoño en el que se puede disfrutar con el cromatismo de un paisaje cambiante y de los frutos silvestres de la época (castañas y setas), que pueden ser degustados junto con otros manjares de esta tierra en los platos de la variada gastronomía local.
La denominación de esta sierra pudo derivar de su forma ondulante, semejante a la del ofidio que da su nombre, aunque también se opina que su nombre pudo provenir de una antigua existencia de colonias de culebras (culebra bastarda, víbora hocicuda y culebra lisa europea). Lo cierto es que la morfología de esta serranía, de unos 65 km de largo, está formada por una serie de sierras (Atalaya, Cavernas, Mujer Muerta, Sesnández, Valcuevo, Roldana o Cantadores) que se extienden longitudinalmente de forma sucesiva. Otra de sus características propias es que sus cumbres apenas sobrepasan los mil metros de altura, siendo Peña Mira (1241 m), Miño Cuevo (1207 m) y Peña Castillo (1185 m) las de mayor altitud.